Asume tu grandeza. Las dudas están sólo en tu mente, por lo tanto, cuando las detectes entra profundo dentro de ti y allí no entrarán. Entra a lo profundo de tu presencia y allí no las vas a encontrar. Tu batalla es la batalla de todos. Vacía tu mente y confía en tu capacidad. Mira como la falta de fe en ti es la que crea lo temido, eso te cierra a que lo nuevo entre. Este puede ser un gran escollo, tu mente y tus emociones lo reflejan.
Mírate con mis ojos por un momento, para que puedas ver tu grandeza allí donde te ves pequeño.
Asumir la propia grandeza da mucho miedo porque también es asumir una gran responsabilidad que tiene que ver con la tarea planetaria, es asumir hasta qué punto puedes incidir en tu entorno y esto, en principio, puede ser abrumador.
Decirle Si a esa tarea es un buen comienzo. Decirle Si a tu propia grandeza y a la responsabilidad que conlleva. Deja que el Si y el miedo a tu grandeza se fundan en un abrazo que contenga a ambos.
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