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El miedo a la luz y a la dicha

Pregunta: ¿Por qué los seres humanos le tenemos miedo a la luz y a la dicha?


Descansa, vacía tu mente y escucha lo que tenemos para decirte. Soy, somos la Conciencia Crísitca como colectivo de luz respondiendo en el fondo de tu corazón, en la esencia misma de tu alma que es una con nosotros.

La conciencia humana está condicionada a temerle a la luz y a la dicha porque a trazado una barrera, cada ser humano necesitará batallar con una actitud que le dice internamente “¡No pasarás!”.

La conciencia humana obedece a esta voz porque teme transgredirla de la misma manera que teme quedar a la intemperie y fuera de la tribu a la que pertenece.

El temor a quedarse solo y afuera es muy grande, es parte de un condicionamiento milenario y está ligado a la supervivencia

y al miedo.

Existen miedos muy profundos aún en lo profundo de la conciencia humana y cada uno necesita tener el coraje de cruzar esa línea y marchar hacia lo desconocido. Este temor es colectivo, no hay nadie que no lo tenga, lo sepa o no; muchas de las acciones nacen y se desarrollan desde este temor y desde este profundo condicionamiento, parte de este condicionamiento es la creencia de no merecer ni la dicha ni la luz. Todo esto forma parte de un paquete de condicionamientos que van a necesitar atravesar y disolver si desean ir más allá de la línea trazada, más allá del “No pasarás”.


La puerta siempre está abierta, siempre lo estuvo y lo estará, pero tu mente te dirá una y otra vez que no pases, que no te aventures, que te vas a quedar solo, que no habrá nadie allí y que es demasiado riesgoso, tendrás que sobreponerte a estas voces cada vez que intentes cruzar esa línea.

El colectivo humano cree profundamente que la vida en la luz y la dicha es la renuncia a la vida humana y a la pertenencia de la que forma parte. Existe una culpa muy profunda también, que puede ser vivida como un sentimiento de traición a la comunidad, al deber, a los ancestros, al mundo.

Existen muchas memorias antiguas que avalan estos miedos pero que ya no son vigentes, en la humanidad hay mucha historia horrenda asociada a la búsqueda espiritual, a la luz y a la dicha. La conclusión global fue y es permanecer en el lugar conocido, en una jaula auto construida que garantice la supervivencia, un cierto grado de “compañía”, un cierto punto de referencia al que atenerse, pero si se aventuran verán que todo esto es ilusorio, esos temores no tienen basamentos reales, pero están allí para ser enfrentados.

No hay nada más heroico que este paso de atravesar ese miedo, el surco necesita ser creado para que cada vez más gente pueda acceder y deje de ser una experiencia desconocida para la conciencia humana y para que forme parte de un conocimiento real de que éste es un derecho que cada ser humano tiene, de la misma manera que tiene derecho a respirar y a vivir.

Nadie pone en duda su derecho a respirar, instintivamente esto sucede, de la misma manera, a medida que ese surco sea creado por cada vez más valientes que se animen a transitar lo desconocido y atravesar esa línea de prohibiciones y de temores, esto será como respirar, ya que de hecho son equivalentes, aún si no han accedido a esa verdad que está allí disponible para ser vista.

Imaginen que con cada respiración acceden a la dicha y a la luz, que toda la vida es eso y puede serlo para todos los seres del planeta. Empezar a concebir esto en la mente consciente es una buena construcción para el presente y para el futuro de la humanidad.

La humanidad no es otra cosa que cada uno de ustedes, cada ser humano es una célula planetaria, cada célula que accede a un estado de conciencia emite una información que viaja a todo el organismo, hacia las demás células. El planeta es como todo organismo, una unidad, aunque históricamente la ciencia tendió a dividir esa unidad en partes separadas entre sí.

De la misma manera que el organismo humano, así es el organismo planetario. Cada vez será más fácil acceder a esa verdad que afectará la ciencia y la conciencia en niveles cada vez más amplios que incidirán en la cultura, y por ende, en la vida diaria. Hay mucho camino por recorrer en esta senda que muchos de ustedes están abriendo para su propio beneficio y el de muchos otros. La senda se volverá una ruta de cada vez más fácil acceso. En la historia de la humanidad siempre ha habido pioneros que hicieron los primeros movimientos, siempre es la parte más engorrosa y difícil ya que el camino no está creado, a medida que la senda se va trazando todo se vuelve más fácil y ágil, pueden confiar en esto.


Cruzar esa línea una y otra vez, abrazar el derecho a la dicha y a la luz de la misma manera que respiran, irá haciendo que la experiencia sea cada vez más accesible y diaria, será una experiencia directa, incuestionable, producto de haberla vivido, no como un relato de algo que fue leído o contado por otros sino por un viaje que ustedes mismos han hecho y conocen. Parte del recorrido es cultivar el hábito de no dejarse detener por esas voces que dicen “No pasarás”, creando así la fortaleza para aventurarse a lo desconocido, a nuevos territorios, a nuevas posibilidades, a infinitas posibilidades disponibles para que las tomen y las vivan.

Eso es todo por hoy, anímense a respirar la luz y la dicha tanto como lo hacen con el aire y aún más allá, tomen ese derecho ya que les pertenece.


10 de septiembre de 2020


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