Deja que libre albedrío y destino sean una misma corriente porque verdaderamente lo son. Ábrete a recibir esos dos aspectos de la existencia en donde tu libre elección y el destino forman un mismo propósito.
El destino es también tu creación, no es algo ajeno. Puede ser visto como inexorable, pero en realidad fue previamente elegido, forma parte de las lecciones que has acordado vivir y de un plan que ha sido creado con tu consentimiento, tu aprobación y tu participación. No eres esclavo de tu destino, aunque no lo recuerdes.
Soy la Conciencia Crística brillando en tu corazón como una luz infinita que recuerda quien eres, para qué estás aquí, cuál es tu origen y hacia dónde te diriges. Siempre estoy aquí guiándote si te atreves a escucharme, a silenciarte, a correr las voces ruidosas que te mantienen identificado con lo impermanente, con el ruido, con la periferia que se mueve estrepitosamente y te mantiene distraído, entretenido con el juego de luces que no cesan, que te mantienen ocupado, hipnotizado por una realidad que parece tener tanto poder sobre ti y en la que crees que no influyes en absoluto.
Levanta el cetro de tu poder personal y recuerda quién eres, recuerda que no eres una víctima del destino ni de nada ni de nadie, salvo que elijas hacerlo por propia voluntad, aún en forma inconsciente.
Revisa
¿Por qué insistes en mantenerte en ese lugar de víctima y
cuál es el rédito?
¿Por qué pones tu poder personal por fuera de ti?
¿Qué cosas te mantienen atado a la periferia que tú mismo
has elegido?
Tú eres el que elige siempre, tú eres quien conduce tu carro y aquel que elige a qué voces escucha, ese es tu libre albedrío, esa es tu completa elección, ahí yace tu poder personal, el poder de elegir. Reflexiona acerca de esto y mira tu vida bajo esta luz.
Eso es todo por hoy, sólo observa lo que estas eligiendo y recuerda que es tu elección y que siempre estas eligiendo.
¿Qué eliges hoy?
Bendiciones de amor infinito, empoderamiento, felicidad que siempre están allí para que los tomes y los vivas.
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